Distribución y acumulación
El desarrollo de un país está determinado por el “excedente económico” que, según los especialistas, consiste en la diferencia entre la producción social (PBI) y el costo de reproducción social (CRS) de la población. O, dicho de otra manera, el excedente es la masa de recursos susceptible de ser acumulada después de cubrir las necesidades de la población.
En el período 1993-2001 se registra un importante nivel de ahorro externo que se suma al ahorro nacional público y privado. Este nivel de ahorro externo que promedió el 3 por ciento del PBI es la contracara del endeudamiento externo de la Argentina para ese lapso. El mejor año de ese lapso (1998) arroja un nivel de acumulación productiva del orden de 24,3 por ciento del PBI compuesto de la siguiente manera: IBIF (19,9 por ciento), educación (4,16) e investigación y desarrollo (0,23). Ese 24,3 por ciento fue financiado con endeudamiento externo por un 4,6 por ciento del PBI: 14.465 millones de dólares.
En 2003 se instauró un nuevo modelo macroeconómico compuesto por un conjunto de políticas económicas. Se destacan: a) sostenimiento de un tipo de cambio real competitivo para proteger el mercado interno y la industria; b) tipo de cambio diferenciado (vía retenciones) ante la existencia de ventajas relativas en favor del sector agropecuario; c) respaldo a las convenciones colectivas de trabajo; d) priorización de la integración regional; e) recuperación de la situación fiscal a través de una mayor presión tributaria que, entre 1998 y 2007, aumentó 8 puntos porcentuales del PBI; f) una nueva Ley de Educación, la Ley de Financiamiento Educativo que garantiza destinar 6 por ciento del PBI para el financiamiento de la educación, la ciencia y la tecnología a alcanzar en 2010 y la Ley de Educación Técnica que recupera este perfil derogado en 1993; g) la rejerarquización del Conicet, el programa Raíces para facilitar el retorno de los científicos argentinos y la creación en 2007 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
En el subperíodo 2003-2007 la acumulación productiva registra un continuo aumento hasta alcanzar un máximo en 2007. Esta mejora respecto de 1998 responde a un conjunto de factores. Por un lado se verificó una caída en la participación en el ingreso del estrato “A” (alto) de por lo menos 2,7 por ciento del PBI. Asimismo, el ahorro público ganó cinco puntos del PBI a partir de una mayor presión tributaria que no afectó al 40 por ciento de menores ingresos (estrato “B” –bajo–), con lo cual la distribución del ingreso “secundaria” (esto es, después de la intervención del sector público) mejoró aún más.
Se puede sostener entonces que la mejora en el nivel de acumulación productiva de 5,4 por ciento del PBI entre 2007 y 1998 se realizó a costa de una reducción del consumo suntuario o acumulación improductiva. Durante la década de 1990, cuando la asignación del excedente quedó librada al mercado, Argentina ahorró poco y se endeudó mucho, privilegiando la acumulación improductiva en detrimento de la productiva. Por el contrario, el modelo macroeconómico actual ha generado una mejora en la distribución del ingreso y un importante aumento de la acumulación productiva en detrimento del gasto suntuario.
Nos vemos.
Fuente: CASH
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