Virtuosa investigación científica

por Alejandro Rofman* Hace siete años el panorama para el sostenimiento y apoyo financiero por parte del Estado para la investigación científica y tecnológica del país era desolador. El porcentaje de fondos destinados a sostener los investigadores científicos en institutos académicos públicos y privados había caído a un récord histórico: solamente el 0,19% del PBI. Esta situación hacía prácticamente imposible desarrollar allí la producción de innovación en ciencia y tecnología, tareas que pudiesen fructificar en avances significativos para el conocimiento científico en las muy diferentes áreas. Ese sombrío escenario sufrió un vuelco sustancial a partir de 2003. Desde la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (hoy ministerio), desde el Conicet y desde diversas instituciones del sector público, el Gobierno encaró una estrategia de reconstrucción del sistema científico, con la contribución, más modesta pero no menos importante, del ámbito universitario público. En 2009...