No es una ilusión monetaria
Cuando Binner estuvo reunido con la Presidenta se encontró con un informe sobre el escrito con un detalle de las transferencias que la Nación hizo a Santa Fe y que en honor a la brevedad, resumimos: 25.000 millones de pesos por distribución automática de coparticipación; 3.900 millones por transferencias directas; 406 millones por gastos de fondos fiduciarios y 28.500 millones de pesos en gastos de la Administración Nacional en la provincia. En total algo más de 57.900 millones de pesos desde el 2003 a la fecha.
El tema no es hablar de la enorme deuda que Binner reclama, pero si plantear -con el ejemplo con que inicia el artículo- que este ciclo fiscal se diferencia de los dos anteriores (Plan Austral que desemboca en una brutal hiper-inflación y Convertibilidad que concluye con la en la mayor explosión social de la historia en el 2001) precisamente porque la mayor parte de los incrementos de fondos transferidos a las provincias conducen a inversión real directa, esto es incorporación de bienes de capital y ejecución de obras públicas.
En los ciclos anteriores los fondos eran dirigidos a los salarios generando una des-inversión en la obra pública (como fuente de mano de obra y efecto multiplicador) conduciendo a un deterioro económico y social y a una disminución de los recursos que hacía imposible el financiamiento de la masa salarial.
En esta etapa la recuperación paulatina de puestos de trabajo sin dudas descomprime al Estado como empleador, pero como rasgo distintivo se observa el modo en que se transfieren esos fondos de la Nación a las provincias. Los fondos de la Ley de Cheques, ó Derechos de Exportación, ó los fondos a las Cajas de Previsión de las provincias, se transfieren para que sean utilizados en la generación de obras de infraestructura; en los ciclos anteriores, los fondos ingresaban directamente al Tesoro Provincial y de allí a la financiación del gasto corriente.
Desde 2003 a 2007, los recursos girados a las provincias crecieron un 88%, los sueldos un 49,9% y los destinados a la incorporación de Bienes de Capital y Obras Públicas (Inversión Real Directa) 335%
Nos vemos.
Fuente: CASH
El tema no es hablar de la enorme deuda que Binner reclama, pero si plantear -con el ejemplo con que inicia el artículo- que este ciclo fiscal se diferencia de los dos anteriores (Plan Austral que desemboca en una brutal hiper-inflación y Convertibilidad que concluye con la en la mayor explosión social de la historia en el 2001) precisamente porque la mayor parte de los incrementos de fondos transferidos a las provincias conducen a inversión real directa, esto es incorporación de bienes de capital y ejecución de obras públicas.
En los ciclos anteriores los fondos eran dirigidos a los salarios generando una des-inversión en la obra pública (como fuente de mano de obra y efecto multiplicador) conduciendo a un deterioro económico y social y a una disminución de los recursos que hacía imposible el financiamiento de la masa salarial.
En esta etapa la recuperación paulatina de puestos de trabajo sin dudas descomprime al Estado como empleador, pero como rasgo distintivo se observa el modo en que se transfieren esos fondos de la Nación a las provincias. Los fondos de la Ley de Cheques, ó Derechos de Exportación, ó los fondos a las Cajas de Previsión de las provincias, se transfieren para que sean utilizados en la generación de obras de infraestructura; en los ciclos anteriores, los fondos ingresaban directamente al Tesoro Provincial y de allí a la financiación del gasto corriente.
Desde 2003 a 2007, los recursos girados a las provincias crecieron un 88%, los sueldos un 49,9% y los destinados a la incorporación de Bienes de Capital y Obras Públicas (Inversión Real Directa) 335%
Nos vemos.
Fuente: CASH
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