En esta etapa de reconstrucción de la república después de la triste época neoliberal, se recuperan fábricas, se reciclan viejos talleres, se buscan nuevos emprendimientos; pymes, cooperativas de obreros , ponen el hombro con la convicción de no querer ser una gran feria. El "siganme..." fue un envoltorio de palabras que generaron ilusiones en los argentinos de clase media y una base de arena en la clase trabajadora. Los otros, los que vinieron después y se fueron en el 2001 envueltos en la peor crisis de la historia, caminan como si nada. Hablan sin sonrojarse y lo que es peor, sin sentir culpas. Tampoco se sonrojan los que formaban la patria contratista, los prebendarios de los '90. Hay caras visibles: Gerardo Morales, Biolcatti, Macri..., que duda cabe. Las palabras nunca son inocentes y menos neutrales. Darle forma al lenguaje, desplegar el universo del habla en el interior de nuestras sociedades supone ejercer, se lo sepa o no, una compleja estrategia de ordenamiento...