Macri y Santa Fe: oferta y demanda

En el diario La Capital hace unos meses, una nota era equívoca. Agentes inmobiliarios se quejaban y peticionaban para que el Estado regulase alquileres. Vana ilusión cuando es la oferta y la demanda la que regula, en mercados como el argentino y, particularmente, el fenicio mercado rosarino, el costo del alquiler de locales comerciales. El periódico reflejaba la queja y era esta, la queja, una ilusoria petición intervencionista, aparecida ante la falta de comisiones de venta. Todo es oferta y demanda. Ni bien ni mal. Así es. Así somos. El domingo, 2/10/16, la tapa del diario reflejaba un crecimiento sostenido por las leyes de mercado: oferta y demanda.

En octubre de 2016 es esta ley la que regula las posibles listas para candidatos en las elecciones del 2017, las de medio término, y es necesario atender al mercado. Algunas puntualizaciones no se pueden obviar, son curvas peligrosas que están advertidas, pero que deben señalizarse claramente.

En el 2017 quien debe ganar es Mauricio Macri. Quien debe emerger triunfador es él. En todo el territorio. No debe ser un triunfo de María Eugenia Vidal, Rodríguez Larreta o Schiaretti, sus más claros aliados. Macri. Punto.

En nuestro territorio su elección no debería depender de una figura mediática, como el Midachi, sino que necesitan alguien que lo represente y se sepa: votamos a Mauricio. Ese hombre es, según los hechos y los dichos, Luciano Laspina, actualmente diputado nacional con vencimiento de mandato en el 2017. Detrás de Laspina se transparenta Macri. El veteranísimo concejal y ejecutor fiscal Jorge Boasso ha sido varias veces representante radical y frentista, con diferentes matices, pero es una personalidad controvertida y su triunfo sería de Boasso, no de Macri. Boasso sueña con ser diputado nacional y que termine su estadía (20 años) en el Palacio Vasallo.

Algo parecido ocurre con el santafesino José Corral, que tiene más pergaminos: intendente electo, reelecto y figura del radicalismo nacional. Evidenciaría una alianza y un triunfo compartido, no de Mauricio en exclusiva. En esa discusión aparecen dos nombres. Mario Barletta y Omar Perotti. El caso de Barletta es singular. El santafesino fue y es radical, pero actualmente no es del riñón del PRO Cambiemos. En orden de cercanía Corral, Barletta y Boasso están lejanos en relación a Macri/Laspina, pero esto no es matemática ni geografía. La oferta y demanda está en la mirada del PRO Cambiemos y el utilitarismo del Congreso nacional, eran una ilusión en el 2013. En el 2017 crecerá en diputados nacionales por simple saldo vegetativo.

Conviene mirar el 2013. Binner, Barletta, Ciciliani, Javkin. El Frente Progresista colocaba, en aquellas elecciones 4 sobre 9 posibles diputados nacionales. Binner era el progresista mimado. Diversas contingencias, destinos personales y una errática conducción frentista ha puesto en sitios diferentes a los cuatro que votó la provincia. El 2017 ilumina los restos del naufragio colectivo. Se lee bien: naufragio. Cómo pudo/puede el progresismo terminar expuesto a las acusaciones de Carrió y argumentar el abandono que hicieron, impiadosamente, de Margarita Stolbizer con aquella "boleta corta·" del 2015 conforman dos mochilas que no podrán descargar muy claramente.

Los estrategas mencionan a Omar Perotti como posible aliado de Macri; aún con las leyes de la oferta y la demanda es arriesgado. Ha sido el peronista más votado en el 2015. Es cierto que ha sido preK, luego "Si Cristina" y finalmente posK. Es senador nacional, si quiere, hasta el 2021, por un disparatado peronismo que aceptó las listas decididas por los muchachos camporistas. Se le reprocha no ejercer el mando territorial y especular demasiado. "Algo debe hacer" en el 2017. Una alianza del peronismo oficial con Macri no parece posible, aún para Omar Perotti, líder en supervivencia.

El Frente Renovador es un claro fenómeno de mediatización y simpatía televisiva. Alejandro Grandinetti, diputado nacional, pretende ser intendente y/o gobernador en el 2019 y todos coinciden en que "algo debe hacer" en el 2017. Sergio Massa y su alter ego, Graciela Camaño, saben que deben crecer en los pagos del Brigadier. Oscilan desde la payasada que alguna vez hizo Felipe Solá (promesa de renunciar para volver a postularse) hasta un silencio poco conveniente. El clamor popular es "hagan algo". Algunos aliados de Massa en el territorio sostienen que Diego Giuliano (el concejal) sería una buena opción. Lo de María Granata espanta pero es política santafesina, es oferta y demanda.

A sólo título de inventario. Existe, partidariamente, Rubén Giustiniani. Algo debe decidir Antonio Bonfatti, es el presidente del PSP argentino. Alicia Ciciliani es la socialista más conocida en el país. Javkin habla o muere en el intento. Lifschitz es el gobernador, debe opinar y, acaso, subirse al caballo del 2017, la provincia hoy es suya. Mónica Fein prende velas para llegar al 2019, la ciudad de Rosario hoy no es totalmente suya. Sin tanto deterioro deshoja la margarita del capricho la arquitecta Bielsa y Agustín Rossi, con todo el deterioro, asegura que tiene 200.000 votos.

Un candidato a diputado nacional, según la ley de oferta y demanda, llega al Parlamento con 145.000 votos y 15 millones de pesos para la campaña.



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Con textos de Raúl “Bigote” Acosta

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