Santa Fe, los bonos, las inundaciones y el campo


El gobierno nacional dejará de emitir deuda en los mercados internacionales, para darle pasó a que las provincias tomen financiamiento. En esta semana, la provincia de Mendoza emitió U$S 500 millones a una tasa del 8,625% anual, y 8 años de plazo. Le ofertaron la friolera de U$S 2.300 millones, pero solo tomo un 22% de lo que le ofrecieron.

Como lo dijimos en otro artículo, el gobierno socialista solicitó a la legislatura santafesina autorización para tomar deuda por 1000 millones de dolares que destinará a obras de infraestructura, hospitales, seguridad entre otras.

Pero en Santa Fe necesita urgente financiamiento. La provincia vivió algo muy parecido a un terremoto, pero en este caso, la producción no quedo bajo escombros, quedo bajo agua. No hubo víctimas fatales, pero si emprendedores quebrados. Se inundaron 18 sobre 19 departamentos, y será difícil indemnizar a todos los actores de la cadena productiva, como también reconstruir la infraestructura que se llevó el agua. En muchos casos, tampoco había mucha infraestructura.

En la provincia de Santa fe se siembran 340.000 hectáreas de trigo, 3.560.000 hectáreas de soja y 410.000 hectáreas de maíz. Al menos esta fue la foto de la última campaña.

Para comenzar a sembrar trigo hacen falta unos U$S 188 por hectárea, para sembrar maíz hacen falta unos U$S 388 por hectárea y para sembrar soja unos U$S 233 por hectárea. No son los únicos gastos, pero con este monto se puede comenzar.

En total, se necesitan U$S 1.052,5 millones, para poner en marcha el sector productivo. Una cifra inalcanzable para una sola entidad financiera, y difícil para un conjunto de entidades financieras. Por regulaciones bancarias, los préstamos que se pueden otorgar, tienen límites, dado el endeudamiento del emprendedor, y las garantías que se otorgan.

Si le interesa recomponer el sector productivo primario, provincia debería tomar financiamiento externo, para recomponer el capital de trabajo del sector agropecuario, y potenciarlo a futuro para que nuestra provincia crezca vía recursos naturales en una primera etapa, y agregado de valor en una segunda etapa.

El esquema, es simple. Que el gobierno de Santa Fe emita un bono por U$S 1.000 millones para el sector agropecuario, a un plazo de 8 años con amortización al final del período, y una tasa que rondaría el 9% anual, muy similar a la tasa que obtuvo Mendoza.

Con este ingreso de dinero, constituir un fideicomiso, que permita prestarle al sector agropecuario, para poder recomponer su capital de trabajo, y potenciar su rápida recuperación económica.

El financiamiento se haría en dos etapas.

Primera etapa: Un crédito en dólares a 4 años de plazo, con tres años de gracia, a una tasa del 6% en dólares para el primer año, 7% el segundo año, 8% el tercer año y 9% el cuarto año. La provincia subsidiaria 6% de tasa, lo que equivaldría a la suma de U$S 60 millones de dólares, que equivalen a 900 millones de pesos, que es una cifra mínima frente a un presupuesto de $ 103.000 millones o su equivalente en U$S 6.867 millones. El subsidio sería del 0,87% del presupuesto, pero generaría riqueza, puestos de trabajos, y una alta recaudación tributaria, que le permitiría al Estado provincial recuperar con creces el dinero invertido.

Segunda etapa: Una vez cobrado estos U$S 1.000 millones faltan 4 años para cancelar el crédito, con lo cual haríamos una segunda ronda de financiamiento, pero afectada al agregado de valor, tratando de mejorar la rentabilidad del sector primario, procediendo a la industrialización de la ruralidad, lo que nos permitiría generar más fuentes de empleo. En los primeros 4 años, deberíamos definir que agregado de valor queremos realizar, para ir capacitando a los futuros trabajadores de dichos sectores.

La propuesta busca integrar a los actores de la cadena comercial, generar mano de obra, y terminar realizando productos que se puedan comercializar en el mercado interno, como también exportar a otros mercados.

Es momento de aprovechar al mercado de capitales. Ingresamos en una etapa de inversión económica, y la apertura financiera debe llegar a quienes más lo necesitan, transformando la producción, y potenciando a nuevos jugadores de mercado, que permitan generar más empleo calificado, con la mirada en la generación de divisas.

Muchos emprendedores tienen temores a endeudarse en dólares, pero estamos en un sector que produce materias primas que cotizan en dólares en los mercados mundiales, los precios de dichas materias primas están a la suba, y el producto que más producen, que es la soja, tiene por delante una baja de retenciones del 5% por año, en los próximos 6 años. Claramente es una propuesta de financiamiento en dólares, que en muchos casos termina teniendo tasa negativa.

Es momento de debatir ideas desde los sectores de poder político de la provincia con las organizaciones intermedias, las bolsas de comercio, son vehículos que pueden hacer realidad instrumentos financieros que lleguen al emprendedor, y lo ayuden a mejorar la producción de nuestra región, y derramen sobre todo el pueblo de la provincia de Santa Fe, con nuevos empleos, cobrando tributos, y afectando esos fondos a fines sociales.

Los sectores ganaderos, porcinos, avícolas y lechería, podrían estar incluidos en este plan u otro plan de similares características.


Sobre textos de Salvador Di Stefano

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