Dulce amor


Leemos en El Ciudadano
De a poco, los gobiernos nacional y provincial van construyendo el escenario que ambos imaginaron para la etapa que se inició el 10 de diciembre pasado, basado en diálogo fluido, trabajo complementario en materia de gestión y postergación de cualquier confrontación que pueda afectar ese status vincular.

En esa construcción ambas partes fueron sumando gestos. Antonio Bonfatti llegó hace unos días a la Casa Rosada repitiendo que Santa Fe le quiere poner el hombro al país. Lo esperaban el vicepresidente Amado Boudou y el jefe de Gabinete Fernando Abal Medina. Charla cordial y (de lo que se contó en público) agenda abierta.

La presencia de la presidenta en el acto del 27 de Febrero, la para nada tensa convivencia con los socialistas locales –la única excepción fue el repetido error de la dirigencia K de desplazar al resto del público que no llega motivado por la organización partidaria–, la cortesía de los discursos y las alusiones mutuas, son todos cimientos de esa progresiva construcción de un armisticio que debería durar, como mínimo, hasta bien entrada la campaña electoral de 2013.

La única incógnita parece ser cómo redefinirá su rol de líder opositor Hermes Binner, ahora que pasó la batalla electoral. No se puede pretender que quien fue el primer gobernador socialista de Santa Fe y segundo en la carrera presidencial juegue a ser un comentarista jubilado de la política, pero también es claro que sus posicionamientos para diferenciarse del oficialismo tienen la capacidad de desestabilizar los puentes que de a poco tienden entre Santa Fe y Balcarce 50.
Por eso Binner, siempre va a la meca socialista.


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