Con clima de buenos negocios
Por David Cufré
Lejos del argumento de falta de seguridad jurídica o inestabilidad para desarrollar actividades empresarias, las inversiones privadas marcaron un record el año pasado. La tasa de inversión hasta el tercer trimestre llegaba a representar el 24,4 por ciento del PIB.
A pesar de que 2011 era un año electoral, y eso suele ser asociado a una actitud cautelosa de las empresas, la tasa de inversión alcanzó máximos históricos. En el tercer trimestre, cuando se desarrollaron las primarias, las empresas y el Estado volcaron recursos hasta el equivalente al 26,2 por ciento del PIB, el nivel más alto en treinta años. El acumulado en nueve meses del año pasado fue de 24,4 por ciento del PIB, según destaca un informe del Ministerio de Industria al que tuvo acceso Página/12. El Indec presentará en dos meses los datos definitivos de 2011. Compañías de todos los sectores, multinacionales y nacionales, arriesgaron capital para crecer en sus negocios o empezar a desarrollarlos, como el caso de la industria electrónica en Tierra del Fuego.
El informe oficial destaca que empresas líderes mundiales decidieron invertir en el país, muchas de las cuales habían dejado de hacerlo cuando la señal que partía desde el Gobierno era de achicamiento industrial y apuesta por la valorización financiera. “Mercedes-Benz volvió a producir camiones semipesados y motores. Ford reabrirá la fábrica Puma para producir motores después de 15 años y John Deere volverá a fabricar tractores, algo que no hacía desde 1996”, dice el documento de Industria. Otras empresas globales que anunciaron inversiones en 2011 fueron Electrolux, Adidas, BlackBerry, Hewlett Packard, Samsung, Coteminas y Pirelli, entre las más grandes.
El proceso de extranjerización de la economía y la compra de firmas nacionales por otras extranjeras tiene como contrapartida una salida creciente de divisas en concepto de regalías, y una pérdida de autonomía en la toma de decisiones, que pasan a estar concentradas en las casas matrices. Sin embargo, la presencia creciente de firmas internacionales en distintos rubros productivos desmiente uno de los argumentos usuales de un sector del establishment y de algunos medios de comunicación sobre la supuesta falta de seguridad jurídica o de “clima de negocios” para concretar inversiones.
Los hechos demuestran que en el marco de una economía estable, con fuerte crecimiento y un mercado interno en recomposición, las oportunidades de negocios atraen capitales –nacionales y extranjeros– en busca de rentabilidad. Y medidas puntuales que pueden ser resistidas, como las retenciones móviles, los controles a la compra de divisas o el nuevo régimen de información anticipada de importaciones, no frenan el proceso.
En concreto, durante nueve meses de 2011 la tasa de inversión creció hasta alcanzar el 24,4 por ciento del PIB. Esa inversión estuvo dinamizada por equipos durables de producción –básicamente maquinaria–, con una expansión del 31,9 por ciento en el mismo período. En tanto, las inversiones en construcción subieron 9,5 por ciento. La importancia de que las mayores inversiones fueran de equipos durables es que amplían la capacidad productiva de la industria y le dan sustentabilidad al crecimiento económico a mediano y largo plazo.
Entre las inversiones concretadas el año pasado y otras por venir se anunciaron proyectos por un total de 34.790 millones de dólares. “El 78 por ciento de esos anuncios correspondieron a formación de capital (27.215 millones), es decir, inversiones nuevas o ampliaciones”, precisa el informe. El 35 por ciento fueron a infraestructura (12.155 millones de dólares), el 28 por ciento a actividades extractivas (9741 millones), las más grandes destinadas a los sectores de gas y petróleo, y el 23 por ciento (8109 millones) a industria manufacturera.
De estas últimas, los sectores fabriles que concentraron la mayor cantidad de anuncios fueron alimentos y bebidas, con 1652 millones de dólares, autos y autopartes (1232 millones), fabricación de productos metálicos (1148 millones), electrónicos y electrodomésticos (727 millones) e industrias básicas de hierro y acero (666 millones). El sector estrella es el automotor, en el cual casi la totalidad de las terminales anunciaron o pusieron en marcha inversiones. Ford reabrirá su planta de motores, Renault lanzará un nuevo vehículo económico, General Motors aumentará la producción del Agile y el Classic, Mercedes-Benz producirá un nuevo Sprinter, Honda fabricará el Honda City, Fiat un nuevo modelo, Volkswagen ampliará su planta de cajas de velocidad, Peugeot-Citroën pondrán tres nuevos modelos en la calle y Toyota aumentará la producción de la Hilux.
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