Buscando el eslabón que faltaba
De Vido, Chávez y Ramírez, Presidente de PDVSA |
La petrolera venezolana PDVSA ingresará en la actividad de la destilación de hidrocarburos en la Argentina, permitiendo al país ampliar su capacidad de producción actual. Su ingreso lo hará en forma individual o asociada con la energética estatal Enarsa, según confirmó el Gobierno nacional tras un encuentro que mantuvieron en Caracas el presidente venezolano, Hugo Chávez; el ministro argentino de Planificación Federal, Julio De Vido, y el titular de petrolera estatal venezolana, Rafel Ramírez Carreño.
Fuentes del Ministerio de Planificación señalaron que el acuerdo “es muy importante” y “está relacionado con el proyecto de la Franja del Orinoco”, que acordaron PDVSA y la estatal argentina Enarsa a principios de 2007, para la explotación de hidrocarburos, en una zona de producción de 100 mil barriles de crudo diarios.
De Vido subrayó que todos estos acuerdos apuntan a “una nueva etapa de mayor densidad en la relación bilateral” y puso de relieve que el desarrollo de inversiones en la destilación de hidrocarburos “para Argentina es estructural, ya que va a permitir sostener el crecimiento económico del país”.
El proyecto al que ahora Ramírez le da forma ya fue imaginado y proyectado cuando, entre 2005 y 2006, el presidente Néstor Kirchner, junto al entonces y actual ministro de Planificación Federal, elaboraron un audaz plan energético, que considerando el estado en el que había quedado el sector tras la década de las privatizaciones, parecía más fantasioso que ambicioso. El proyecto creaba Enarsa, por entonces un ente formal sin patrimonio ni contratos. Pero a los pocos meses, Kirchner firmó con su par venezolano el contrato que ligó a Enarsa con Pdvsa en las exploraciones en el área Ayacucho de la Faja del Orinoco. De los resultados de aquellas exploraciones surgen los planes actuales de producción por una empresa mixta de 100 mil barriles diarios en esa misma área.
En ese 2006, Argentina ya empezaba a padecer las angustias de una producción muy estrecha de naftas y gasoil para una demanda que se expandía rápidamente. Con tironeos y conflictos con las petroleras, fue resolviendo la coyuntura, pero no una solución definitiva para un mercado mal estructurado e insuficientemente regulado. En aquel año se tomaron decisiones estratégicas que ahora empiezan a madurar. Esta semana coincidieron la denuncia por prácticas oligopólicas contra las cinco petroleras integradas que operan en el mercado y el anuncio de un próximo ingreso de un sexto integrante con otra política. Del juego dialéctico entre ambos hechos, aparece una luz que alumbra una posible salida.
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Fuentes: Página/12 | BAE
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