La salida definitiva del default

Se va cerrando el año y se va cerrando el default. Nuevamente el Gobierno nacional, demostrando la vocación de pago y las fortalezas del modelo económico actual, decidió reabrir el canje de deuda para aquellos bonistas que no entraron en el canje que se produjo entre abril y junio del corriente año y que alcanzó un 66% de los bonos holdout del primer canje del 2005 (u$s 12.067 millones).

Sumando el primer canje y el que se realizó a mediados de este año abarcó un 92,4% de los bonistas en default desde el 2001. Sin embargo, quedaron fuera de la reestructuración de la deuda un 7,6%, para los cuales el Gobierno nacional decidió nuevamente reabrir el canje para que estos bonistas pudieran definitivamente participar.

Mientras los países desarrollados ajustan sus cuentas públicas para seguir pagando la deuda, el Gobierno argentino desde el 2003 decidió salir del default pero no a costa del pueblo argentino. De esta manera, en lugar de reducir el salario de los empleados públicos y despedir a los trabajadores del Estado (como está haciendo Europa en la actualidad) tanto Néstor Kirchner como Cristina Kirchner decidieron encarar un proceso largo pero exitoso de reestructurar la deuda para aliviar los efectos del pago de los servicios de la deuda en el Presupuesto público. Y lo logró.

En efecto: en el 2005 se produjo el primer canje de deuda que implicó, como los posteriores, una quita tanto en los intereses como en el capital de la deuda externa pública. Luego, este año se produjo el segundo canje de deuda para aquellos que no aceptaron el primero. Ahora se inicia el tercero por pedido de los mismos bonistas que quedaron afuera de los dos canjes anteriores.

Estos canjes que se traducían en salida progresiva del default y reducción de la deuda pública externa permitía al Estado nacional contar con mayor cantidad de recursos para llevar a cabo una política fiscal expansiva que fue una de las causas centrales que permitió el fuerte crecimiento económico de los últimos años. Por lo tanto, el mensaje desde el 2003 fue claro: salir del default pero al mismo tiempo mejorar la situación económica y social de los argentinos.

De esta forma, con este nuevo canje de la deuda se termina el default declarado por Rodríguez Saá, lo cual permitirá reducir aún más las tasas de interés para el sector privado para que se puedan capitalizar, y profundizar de esta manera el nuevo modelo de valorización productiva con inclusión social.

Los sectores dominantes, representantes del sistema financiero internacional, apostaban a un fracaso del canje de la deuda para así obligar al Gobierno nacional a tener que encarara el camino más corto: ajustar para pagarle a los acreedores externos. En contraposición, desde el 2003 se viene dando clase de independencia económica y soberanía política demostrando que se puede pagar la deuda externa sin el sacrifico de la población.

Nos vemos,





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Juan S. Fraschina/ BAE

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