Alfonsin, su desesperanza y Leuco


Y si, el acto de Alfonsín fue un llamado a la unidad opositora para quebrar ese sentimiento que el mismo llama desesperanza; «En otros tiempos, en la Argentina la pobreza estaba acompañada de la ilusión de progreso. Hoy no pasa lo mismo, hoy hay una desesperanza que se suma a la pobreza. La combinación de estos dos elementos explica la apatía política». Sinceramente, estoy buscando el eje.

Desesperanza. La apatía política es sinónimo de falta de ideas, sinónimo de roscas. Sinónimo de pretender un estado parlamentarista. Sinónimo de comprender que las mayorías silenciosas apoyan el esfuerzo del gobierno para reconstruir. Reconstruir no está en el diccionario de Alfonsín, porque si lo estuviera, comprendería claramente las diferencias entre generar pobreza y generar empleo para salir de la pobreza que dejaron sus correligionarios neoliberales.

Leuco -pollo del Club- hace una cronología del ascenso de Cristina que alimenta la desesperanza de Alfonsín:
Nunca nadie cayó tan bajo en tan poco tiempo y nunca nadie se recuperó en forma tan rápida y espectacular como Cristina Fernández de Kirchner. El inédito desempeño de la Presidenta en las encuestas de imagen contiene una carga espasmódica entre los picos de 57% y los pozos de 20% de aceptación que ameritan un análisis exhaustivo. Para eso, conviene quitar la hojarasca y reducirlo a su mínima expresión para intentar entender cómo es que pasó de la gloria a devoto y volvió a la gloria:

* Es imposible que gane en 2011. Era octubre de 2009 y tenía solamente el 20% de imagen positiva.

* No es imposible que gane. Era abril de este año y tenía el 30%. En ese momento se quebró esa idea de que su gobierno “había entrado en un ocaso irreversible”. Pero todavía siete de cada diez argentinos decían que votarían en contra de los Kirchner en segunda vuelta.

* Es posible que gane. En julio, hace menos de 150 días, el respaldo a la presidenta trepó al 37% y eso la dejaba a tres puntos de ganar en primera vuelta si lograba una diferencia de diez con el segundo. Estaba cosechando simpatías por el vigoroso crecimiento económico, la multiplicación del consumo, la ley mas progresista de la era K, que fue la asignación para hijos de desocupados y trabajadores en negro y el impulso optimista que recibió con los festejos del Bicentenario.

* Es imposible que no gane. Hoy, un mes después del fallecimiento de Néstor Kirchner el apoyo a la presidenta es del 57%. Eso la lleva de nuevo al origen porque es el mismo porcentaje que ostentaba en 2007 inmediatamente después de su triunfo electoral.
A menos de un año de la contienda electoral, la impotencia política del establishment, de expresar en las inconsistentes figuras electorales que puedan servir como dique de contención para frenar el proceso iniciado por Néstor Kirchner en mayo de 2003.

Centran sus desvelos, ante la probable profundización del proyecto de crecimiento con inclusión y la reelección de Cristina Fernández, en el próximo lustro, dejando en evidencia los límites ideológicos y su talante profundamente antidemocrático, expresado por el complejo entramado de la coorporación económico-comunicacional, al alarmarse ante la posibilidad de que el modelo desarrollista permita ampliar la participación de los que menos tienen en la torta distributiva.

Lo que los desvela es que el histórico pobrerío, víctima de años de ninguneo por el poder real, se acostumbre a vivir mejor y exija sus derechos, enrolados en un proyecto de país, donde la voracidad de los que más tienen, se morigere ante las impostergables necesidades de equidad de los que más sufren. Para poder profundizar el largo camino de igualdad y libertad aún hoy pendiente.

Nos vemos,

Comentarios

daniel mancuso ha dicho que…
Coincido, hay muchas palabras fuera del diccionario de Alfonsín: memoria, punto final, obediencia debida, hiperinflación, teoria de los dos demonios, pacto de olivos, alianza, crisis, ajuste, corralito, 2001, represión, muerte...