Fontevecchia, el filósofo
Dice en su columna sobre los duelos
Nos vemos,
«No es lo mismo el líder vivo que el líder muerto. Su deseo tiende a convertirse en ley, y cumplirlo es casi un mandamiento. Queda una deuda con él. Esto explica el estado emocional que atrapa a muchos militantes kirchneristas y varios de los políticos oficialistas. Están atravesados por la pérdida de un padre simbólico pero a la vez tan real que hasta hace donación de su apellido al kirchnerismo de la misma forma que todo padre real lega su nombre a sus hijos.Genialidad irrepetible.
Esto también afecta a algunos de los opositores porque es muy común la identificación con el adversario y hasta cierta forma de culpa por haberlo sobrevivido. No es el caso de Duhalde o de Macri pero sí lo es de Reutemann, que ya hizo su primer gesto de alejamiento del Peronismo Federal, y también de Solá.
En política, verdad y exactitud no son la misma cosa. La verdad subjetiva no se mide en términos precisos. Algo inexacto dentro del orden histórico puede “producir efecto de verdad” en el terreno político, al construir algo impreciso pero estructuralmente fiel.
La formulación clásica indica que de lo verdadero se puede deducir lo verdadero, que de lo verdadero también se puede deducir lo falso, y que de lo falso se puede deducir lo falso. A ella los estoicos agregaron que de lo falso también se puede deducir lo verdadero. Néstor Kirchner estaba rodeado e impregnado él mismo de muchos componentes y pensamientos falsos. Eso no impide que los sentimientos nobles y verdaderos que les haya generado a muchos no sean un aporte apreciable.»
Nos vemos,
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