Las ganancias que defienden Clarin y La Nación
El anuncio de la presidenta Cristina Fernández de declarar la producción del papel para diarios de interés público desató reacciones en propios y ajenos. Algunos actores resaltaron su importancia, como buena parte de los diarios locales y regionales; y otros advirtieron sobre su “peligro”, tal como lo calificó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Pero, ¿qué significa que Papel Prensa sea virtualmente la única fuente de papel de diario en el país? Para un medio impreso pequeño, que no pertenezca al Grupo Clarín o La Nación, un sobrecosto de entre un 35 y un 40% de su insumo principal que, de acuerdo a Dypra (Diarios y Periódicos Regionales de Argentina) y Adiccra (Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina), representa entre un 50 y un 70% en su estructura de costos. Así dicho, del papel depende las sustentabilidad de medios alternativos a los que replican a los dos grandes diarios.
Papel Prensa controla el flujo de papel, y con ello el precio en el mercado interno, con un sistema de cupos que no llega a todos. La papelera sólo vende el papel restante después de abastecer completamente a todos los medios de los dos grupos. Además mantiene la pastera por debajo de su capacidad de producción para regular la oferta nacional. Y?ese sistema de cupos sólo cubre menos de la mitad de las necesidades de los medios que entran a su sistema. El resto lo deben importar.
Es el caso del diario cordobés Comercio y Justicia que hace parte de Dypra, entidad que “se beneficia” del cupo en Papel Prensa. Tal y como lo ilustró a este diario Gustavo Bastos, editor de Economía del diario cordobés La Mañana, de nueve bobinas que necesita Comercio y Justicia, tres se las compran a Papel Prensa a u$s750 + IVA la tonelada y el resto lo debe importar de Chile, en donde la papelera de Bio Bio lo vende a u$s820 + IVA.
En el caso del diario La Mañana, que no cuenta con cupo en Papel Prensa, el 100% del papel lo importa de Bio Bio. Con el agravante de que la compra se debe hacer a través de intermediarios, pues ellos como diarios no cuentan con cupos de exportación. La diferencia con, por ejemplo, La Voz del Interior, su competencia en esa misma ciudad y propiedad del Grupo Clarín, es que éstos le pagan a Papel Prensa a precio de costo de producción que es hoy de U$480 la tonelada. El mismo precio se les ofrece a los restantes medios de Clarín y La Nación, incluyéndose.
Pero Papel Prensa no es la única fábrica de papel de diarios en el país. Existe también la Papelera Tucumán. La última vez que La Mañana le compró papel fue en junio de 2009 y le costó U$720 + IVA. El problema es que a esa papelera se le debe pagar de contado y por adelantado. Bio Bio les financia a 60 o 90 días.
Si se tiene en cuenta que del mercado de diarios en el interior, el 90% lo ocupan medios regionales, el peso de una política de igualdad de precios, cantidad y abastecimiento, cobra mayor relevancia mientras más lejana esté la General Paz.
Otro de los aspectos que ilustra la clara ventaja con que cuentan las empresas editoras de Clarín y La Nación sobre el resto de medios gráficos del país es el escenario sin Papel Prensa. Tal y como lo describió el CEO de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia, en una extensa columna de octubre de 2009: “Si Clarín no tuviera Papel Prensa gastaría 10 millones de dólares más en papel por año por mayor precio, más una inmovilización de caja por mayor stock”. Como es el dueño de su propia fábrica “no precisa cubrirse frente a la falta de provisión”. Después de una detallada explicación, Fontevecchia sustenta por qué “en total, un primer año de Clarín sin que existiera Papel Prensa le quitaría 28,5 millones de dólares, más de cien millones de pesos”.
Nos vemos,
Doris Elisa Bustamante, BAE
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