Tiempos de revancha
Curiosa paradoja del destino, lo que ha ocurrido en la última semana en las filas del heterogéneo conglomerado opositor. Los campeones del consenso y abanderados del cumplimiento de las formas y las cuestiones reglamentarias apenas logran quórum propio con la ayuda “desinteresada” del ex presidente Carlos Menem, consiguen el control de la totalidad de las comisiones de Trabajo del Senado y se reparten las presidencias de doce de ellas, en tiempo récord, y sin guardar el más mínimo reparo en la cacareada proporcionalidad del actual mapa político en la Cámara alta.
La posición de rechazar el pliego de Marcó del Pont, es un claro indicador de los grados de crispación en que se han movido en la última semana las heterogéneas filas de la oposición, quienes irreflexivamente con posterioridad al encendido discurso de Elisa Carrió, en el recinto, acusaron a la licenciada Marcó del Pont de “haberle hecho el juego al Ejecutivo al acatar el decreto de necesidad y urgencia del Ejecutivo e implementar la transferencia de fondos del Banco Central a manos del Gobierno”.
Mientras tanto, la oposición replanteó su estrategia. 1/ Recomponer el resquebrajado “grupo A”, que en diciembre último logró que el conglomerado opositor se hiciese con las principales comisiones de Diputados. 2/ Embestida contra el decreto de necesidad y urgencia 298 para declarar nulo el mismo DNU. 3/ Introducción de tres puntos nacido de las condiciones que puso la centroizquierda (pinosolanista) para sumarse al intento de nulidad del DNU: a) creación de una comisión bicameral que investigue la naturaleza de la deuda externa, b) el envío al Congreso del Presupuesto de este año, que incluya los cambios que el Ejecutivo le realizó al uso de los recursos, y c) la creación de un fondo de desarrollo para obras de infraestructura con reservas del Banco Central.
Preguntamos ¿los sectores de derecha hegemónicos en el universo opositor sólo acompañarán el tratamiento en pleno de dicho temario, pero alzarán su mano en contra en relación con los tres puntos exigidos por la centroizquierda para sellar la alianza circunstancial de la sesión del miércoles? En este nivel de precariedad ideológica se gestó el operativo venganza, con posterioridad al discurso inaugural de las sesiones ordinarias del Congreso de Diputados de la presidenta Cristina Fernández.
El objetivo principal de la oposición de derecha es imponer un cambio diametral al proyecto gubernamental y obligarlo a realizar un ajuste, donde la deuda a los acreedores se pague con el recorte forzoso del gasto público. En buen romance, que al Gobierno en este tiempo previo al proceso electoral se le haga imposible implementar lo resuelto en relación al pago de dos actualizaciones por año a jubilaciones y pensiones, y se vea obligado a bajar los salarios de la administración pública y abortar la batería de medidas anticíclicas que desde noviembre de 2008, se implementó por parte del Gobierno, constituyéndose en el núcleo duro de la política de cara a la inversión social del modelo de desarrollo y distribución.
El objetivo estratégico de la oposición es dinamitar la ecuación virtuosa del Gobierno. La nueva etapa abierta con el boicot opositor al Fondo del Bicentenario y la defensa irrestricta en su momento a Martín Redrado, con la judicialización veraniega de la política, son el preámbulo de lo que vendrá.
Cuando la "patria judicial" te da la espalda, gobernar se hace más complicado. Esta verdad de perogrullo parece estar convirtiéndose en realidad. Luego de que durante casi siete años los fallos estuvieran alineados a la política del kirchnerismo, hoy los jueces parecen estar haciendo una lectura asociada a la futura desaparición de los Kirchner del escenario político. La máquina aceitada de gobierno comenzó a oxidarse luego de que finalmente el establishment económico y mediático se colocara decididamente en contra del oficialismo. [1]
La derecha y un sector del establishment no perdonan que un gobierno nacido como efecto político de la onda expansiva de las jornadas de diciembre de 2001 pretenda dar continuidad y profundice un proyecto heterodoxo en relación con las recetas de moda en gran parte del mundo colonizado por el ideario neoliberal. Gobiernos como los de Cristina Fernández expresan, con sus limitaciones, igualmente que las experiencias de Bolivia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Paraguay y Uruguay, el nuevo camino de experimentación de los pueblos de América latina en la búsqueda de saldar las profundas asimetrías sociales heredadas de décadas de sometimiento y expoliación, de los centros de poder y sus socios nativos, quienes hoy pretenden torcer el rumbo de un gobierno que con sus contradicciones y asignaturas pendientes es cualitativamente más justo que cualquiera de las experiencias del pasado de los partidos del default y el ajuste, que nos han llevado a décadas de inequidad.
La posición de rechazar el pliego de Marcó del Pont, es un claro indicador de los grados de crispación en que se han movido en la última semana las heterogéneas filas de la oposición, quienes irreflexivamente con posterioridad al encendido discurso de Elisa Carrió, en el recinto, acusaron a la licenciada Marcó del Pont de “haberle hecho el juego al Ejecutivo al acatar el decreto de necesidad y urgencia del Ejecutivo e implementar la transferencia de fondos del Banco Central a manos del Gobierno”.
Mientras tanto, la oposición replanteó su estrategia. 1/ Recomponer el resquebrajado “grupo A”, que en diciembre último logró que el conglomerado opositor se hiciese con las principales comisiones de Diputados. 2/ Embestida contra el decreto de necesidad y urgencia 298 para declarar nulo el mismo DNU. 3/ Introducción de tres puntos nacido de las condiciones que puso la centroizquierda (pinosolanista) para sumarse al intento de nulidad del DNU: a) creación de una comisión bicameral que investigue la naturaleza de la deuda externa, b) el envío al Congreso del Presupuesto de este año, que incluya los cambios que el Ejecutivo le realizó al uso de los recursos, y c) la creación de un fondo de desarrollo para obras de infraestructura con reservas del Banco Central.
Preguntamos ¿los sectores de derecha hegemónicos en el universo opositor sólo acompañarán el tratamiento en pleno de dicho temario, pero alzarán su mano en contra en relación con los tres puntos exigidos por la centroizquierda para sellar la alianza circunstancial de la sesión del miércoles? En este nivel de precariedad ideológica se gestó el operativo venganza, con posterioridad al discurso inaugural de las sesiones ordinarias del Congreso de Diputados de la presidenta Cristina Fernández.
El objetivo principal de la oposición de derecha es imponer un cambio diametral al proyecto gubernamental y obligarlo a realizar un ajuste, donde la deuda a los acreedores se pague con el recorte forzoso del gasto público. En buen romance, que al Gobierno en este tiempo previo al proceso electoral se le haga imposible implementar lo resuelto en relación al pago de dos actualizaciones por año a jubilaciones y pensiones, y se vea obligado a bajar los salarios de la administración pública y abortar la batería de medidas anticíclicas que desde noviembre de 2008, se implementó por parte del Gobierno, constituyéndose en el núcleo duro de la política de cara a la inversión social del modelo de desarrollo y distribución.
El objetivo estratégico de la oposición es dinamitar la ecuación virtuosa del Gobierno. La nueva etapa abierta con el boicot opositor al Fondo del Bicentenario y la defensa irrestricta en su momento a Martín Redrado, con la judicialización veraniega de la política, son el preámbulo de lo que vendrá.
Cuando la "patria judicial" te da la espalda, gobernar se hace más complicado. Esta verdad de perogrullo parece estar convirtiéndose en realidad. Luego de que durante casi siete años los fallos estuvieran alineados a la política del kirchnerismo, hoy los jueces parecen estar haciendo una lectura asociada a la futura desaparición de los Kirchner del escenario político. La máquina aceitada de gobierno comenzó a oxidarse luego de que finalmente el establishment económico y mediático se colocara decididamente en contra del oficialismo. [1]
La derecha y un sector del establishment no perdonan que un gobierno nacido como efecto político de la onda expansiva de las jornadas de diciembre de 2001 pretenda dar continuidad y profundice un proyecto heterodoxo en relación con las recetas de moda en gran parte del mundo colonizado por el ideario neoliberal. Gobiernos como los de Cristina Fernández expresan, con sus limitaciones, igualmente que las experiencias de Bolivia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Paraguay y Uruguay, el nuevo camino de experimentación de los pueblos de América latina en la búsqueda de saldar las profundas asimetrías sociales heredadas de décadas de sometimiento y expoliación, de los centros de poder y sus socios nativos, quienes hoy pretenden torcer el rumbo de un gobierno que con sus contradicciones y asignaturas pendientes es cualitativamente más justo que cualquiera de las experiencias del pasado de los partidos del default y el ajuste, que nos han llevado a décadas de inequidad.
Nos vemos,
Sobre textos de Jorge Muracciole
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