Globalización, indiferencia y miseria
Hoy leía en QLP esto "Que cada uno juegue su rol. En términos de bienestar, que yo sea un argentino preocupado por la pobreza, al pobre no le cambia nada la vida. Y la verdad es que está lleno de argentinos preocupados y las pobreza sigue empeorando. Por eso, creo que lo mejor que puede hacer uno es jugarla callado, laburar duro, pagar los impuestos y votar a los gobernantes que uno cree que le van a dar mejor uso de esos recursos para cumplir los objetivos que uno quiere que cumpla. Y de última, si te irrita ver un pobre por la calle, si pensás que el mundo no podría ser más injusto, podés empezar a hacer más sacrificios: con lo que gastás de celular mensualmente le llenás la panza a un nene de la calle, con lo que te gastás en un restó de Palermo Hollywood con tus amigos/as le das de comer a 10 pibitos, o lo que te gastás en peluquería, o en ropa (que ya tenés pero querés más), o en el partido de fútbol en la rana, o en alcohol de la noche porteña, etc. Todo esto, sin tocar el ahorro que uno que podría considerarlo un seguro de consumo básico futuro. Y sí, suena a "un pobre sin hambre=una comida menos en Palermo", el pobre/mercancía, pero lo que importa no es el concepto sino el bienestar".
¿Cuál es el punto del compromiso? ¿Cuál es el compromiso del neoliberalismo con la pobreza y marginalidad? La visión crítica del autor del texto que citamos ¿es un llamado a la reflexión o la exposición cruda "que se joroben los de abajo? Miremos alrededor.
Desde hace varios años, diversos economistas, politólogos y asesores de grandes empresas, calificados "gurúes", han elogiado de manera permanente a la globalización como un acontecimiento nuevo e inédito en el devenir del capitalismo, y han sostenido que es un proceso inexorable e ineluctable al cual es menester adoptar, sometiendo nuestra estructura social, económica y política para recibir los beneficios de ingresar en la abundancia y modernidad de un hipotético primer mundo.
Han afirmado además la imposibilidad de sustraerse a la adhesión a la tendencia a la globalización, a la cual atribuyen el impedimento de modificar las reglas de la política económica impuesta por el neoliberalismo en nuestro país, vigentes principalmente a partir del denominado "Consenso de Washington" (1989).
La globalización era, y es todavía, uno de los más grandes argumentos para llevar adelante una política económica cuyo objetivo cardinal es la concentración del patrimonio nacional en un pequeño número de grandes empresas altamente diversificadas, nacionales y extranjeras, mientras se ahonda la pauperización de grandes sectores de nuestra población.
Aquellos gurúes que realizan su labor como apologistas de la globalización, ocultan meticulosamente el costado negativo de la transnacionalización: el aumento de la pobreza.
Abundan datos que demuestran claramente las consecuencias de la aplicación de la política económica del ultraliberalismo: que la transnacionalización a ultranza conduce a la dualización de la sociedad asentada sobre la brutal concentración del ingreso, el desempleo, la pobreza, la fragmentación social y la pauperización de la mayor parte de la población. Las presiones del gasto competitivo y el consumo conspicuo hacen que la opulencia de algunos se convierta en la exclusión social de muchos.
En este mundo globalizado, transnacionalizado, asistimos también a un incremento inusitado de la corrupción, del narcotráfico, y a un auge del comercio legal e ilegal de armas, todo lo cual contribuye al clima de zozobra, intranquilidad y fragmentación, y a la existencia de una masa de centenares de miles de millones de dólares "en negro" que necesariamente fomentan aún más la corrupción existente.
¿Se puede ir más allá en Argentina? Es éste un problema que se resuelve en el plano de la política, y sobre todo en la capacidad que puedan tener los actores sociales subordinados por restablecer solidaridades perdidas y sostener al proyecto político nacional y popular nacido en 2003, e intentar fundar una nueva materialidad de la vida cotidiana para instalar otra agenda de discusión y pensar otras soluciones para otros beneficiarios. Hablamos de privilegiar la satisfacción de necesidades mayoritarias en contraposición al privilegio actual por satisfacer las demandas de riqueza, ganancia y poder de los capitales más concentrados. De no ser así, el ciclo continuará con más crisis y mayor concentración, es decir, con más ajuste y mayor regresividad de una reestructuración que sólo tiene límite en la resistencia social y política.
Nos vemos,
¿Cuál es el punto del compromiso? ¿Cuál es el compromiso del neoliberalismo con la pobreza y marginalidad? La visión crítica del autor del texto que citamos ¿es un llamado a la reflexión o la exposición cruda "que se joroben los de abajo? Miremos alrededor.
Desde hace varios años, diversos economistas, politólogos y asesores de grandes empresas, calificados "gurúes", han elogiado de manera permanente a la globalización como un acontecimiento nuevo e inédito en el devenir del capitalismo, y han sostenido que es un proceso inexorable e ineluctable al cual es menester adoptar, sometiendo nuestra estructura social, económica y política para recibir los beneficios de ingresar en la abundancia y modernidad de un hipotético primer mundo.
Han afirmado además la imposibilidad de sustraerse a la adhesión a la tendencia a la globalización, a la cual atribuyen el impedimento de modificar las reglas de la política económica impuesta por el neoliberalismo en nuestro país, vigentes principalmente a partir del denominado "Consenso de Washington" (1989).
La globalización era, y es todavía, uno de los más grandes argumentos para llevar adelante una política económica cuyo objetivo cardinal es la concentración del patrimonio nacional en un pequeño número de grandes empresas altamente diversificadas, nacionales y extranjeras, mientras se ahonda la pauperización de grandes sectores de nuestra población.
Aquellos gurúes que realizan su labor como apologistas de la globalización, ocultan meticulosamente el costado negativo de la transnacionalización: el aumento de la pobreza.
Abundan datos que demuestran claramente las consecuencias de la aplicación de la política económica del ultraliberalismo: que la transnacionalización a ultranza conduce a la dualización de la sociedad asentada sobre la brutal concentración del ingreso, el desempleo, la pobreza, la fragmentación social y la pauperización de la mayor parte de la población. Las presiones del gasto competitivo y el consumo conspicuo hacen que la opulencia de algunos se convierta en la exclusión social de muchos.
En este mundo globalizado, transnacionalizado, asistimos también a un incremento inusitado de la corrupción, del narcotráfico, y a un auge del comercio legal e ilegal de armas, todo lo cual contribuye al clima de zozobra, intranquilidad y fragmentación, y a la existencia de una masa de centenares de miles de millones de dólares "en negro" que necesariamente fomentan aún más la corrupción existente.
¿Se puede ir más allá en Argentina? Es éste un problema que se resuelve en el plano de la política, y sobre todo en la capacidad que puedan tener los actores sociales subordinados por restablecer solidaridades perdidas y sostener al proyecto político nacional y popular nacido en 2003, e intentar fundar una nueva materialidad de la vida cotidiana para instalar otra agenda de discusión y pensar otras soluciones para otros beneficiarios. Hablamos de privilegiar la satisfacción de necesidades mayoritarias en contraposición al privilegio actual por satisfacer las demandas de riqueza, ganancia y poder de los capitales más concentrados. De no ser así, el ciclo continuará con más crisis y mayor concentración, es decir, con más ajuste y mayor regresividad de una reestructuración que sólo tiene límite en la resistencia social y política.
Nos vemos,
PD. "Hoy el verdadero poder es otra cosa. Es financiero y económico. Cada vez los gobiernos se convierten en simples delegados, agentes que cumplen los mandatos de sus superiores. Más que un gobierno por el pueblo y para el pueblo, nos enfrentamos a algo que podríamos llamar la fachada democrática. ¿Para que elegir dirigentes políticos sí los financistas tienen todo el poder?" José Saramago Diario Clarín, 29 de enero de 1999
Fuentes: Globalización, neoliberalismo y desigualdad: la experiencia Argentina CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Fuentes: Globalización, neoliberalismo y desigualdad: la experiencia Argentina CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Comentarios
La unica cosa que debe importar verdaderamente al ciudadano conciente, no es la existencia del "liberalismo" o "neo...", como lo quieran llamar los engañadores comunistas...! sino la EDUCACION ! Ti TODOS, tienen acceso a la educacion y en ella, todos aprenden todos los VALORES fundamentales de la ciudadania...; verás que la conciencia social, enda juntito ! Con ella, los que no trabajan, sentiran verguenza ! Los pobres, o sentiran ganas de trabajar, o..., seguiran pobres !
Ya está muy probado: paises que de poco, alcanzaron los niveles mas altos..., son los que invirtieron en EDUCACION !
Todo lo demas,es palabras inutiles! Y engañadoras !