¿Progresistas de derecha o reaccionarios de izquierda?

“Vamos a tener que hacer un gran esfuerzo para fortalecer el Acuerdo Cívico y Social (ACyS) y establecernos como fuerza política”, admitió el senador Gerardo Morales, titular de la UCR, en referencia a la alianza de su partido con el socialismo, la Coalición Cívica de Elisa Carrió y la corriente que encabeza el vicepresidente Julio Cobos.

Después de que los diputados socialistas apoyaran el proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales impulsado por el Poder Ejecutivo, que fuera rechazado de plano tanto por la UCR como por la Coalición Cívica, Morales aseguró que “esta semana tendremos que hablar con Rubén Giustiniani para pensar una estrategia parlamentaria común”. En otras palabras, en política las contradicciones convierten a las alianzas en algo tan inestable como la gelinita; no es recomendable llevarlas en un bolsillo del saco.

Del tratamiento parlamentario de ese proyecto de ley se deducen, por lo menos, dos cosas. La primera es que en la política argentina hay “progresistas” de derecha y reaccionarios de “izquierda”, y la segunda es que las distintas posiciones en torno de los oligopolios mediáticos está agravando las contradicciones de la principal fuerza de oposición, que en las elecciones de junio obtuvo casi 6 millones de votos.

“Tenemos muchos problemas, es verdad, pero espero que tengamos la capacidad de resolverlos”, se sinceró el legislador, y aseguró que sería “una gran irresponsabilidad tirar por la borda el trabajo realizado y que ha generado tantas expectativas en el pueblo argentino”.

Las contradicciones entre los programas tradicionales del socialismo y la UCR no sólo pasan por el destino de los medios. Tradicionalmente las huestes de Hermes Binner, herederos de Alfredo Palacios y Juan B. Justo, son más estatistas y nacionalistas que los seguidores de Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen, los padres fundadores del radicalismo que hoy se removerían en sus tumbas si vieran lo que las ideas liberales –que ellos tanto combatieron– han hecho en las cabezas de sus herederos.

Simplificando al máximo la disyuntiva que debe afrontar la coalición, Morales opinó que “el mayor inconveniente que tenemos en el ACyS es empezar a discutir de candidaturas”. Parece un diagnóstico parcial. Primero porque, tras el traspié de Carrió y el flojo desempeño de las figuras de la UCR en el comicio del 28 de junio, no hay una figura interna más relevante que Cobos, cuya candidatura a presidente está poco menos que asegurada, y segundo porque la elección de los candidatos siempre son un problema para las alianzas, pero mucho más cuando las contradicciones públicas agravan las diferencias programáticas.

“Cuando dejemos el debate de las candidaturas vamos a poder fortalecer el ACyS”, aseguró el legislador jujeño en un comunicado difundido el fin de semana por el Comité Nacional de la UCR. Bien mirado, es a partir de ese momento cuando comenzarán los verdaderos problemas, el primero de los cuales será definir un programa de acción de gobierno que deje satisfechos a radicales, socialistas y “lilistas”, ayude a digerir las diferencias políticas y modere el impacto de la elección de una formula, lo que siempre provoca heridos y rencores. Además deben responder con seriedad a una inquietud pública: si tienen estos problemas estando en la oposición, ¿hasta dónde llegarán si mañana son gobierno?

Finalmente el titular del radicalismo explicó que “en el tema de la ley de radiodifusión hay sectores progresistas [que] terminan avalando un proyecto que tiene capítulos y artículos más cercanos a una concepción de derecha corporativista que al progresismo”. Y que muestran también posiciones de la derecha más rancia por parte de un partido centenario nacido del pueblo y para el pueblo. Rancia y cínica, además, porque una cosa es alinearse con el establishment en un tema crucial para la democracia y otra pretender que eso es progresista. Si Yrigoyen viviera…

Nos vemos


Fuente: BAE

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