Binner, con la salud no se juega

Corresponde al Estado Provincial asegurar a la ciudadanía el ejercicio de ese derecho poniendo a su disposición todos los recursos necesarios de manera que sean utilizados en calidad, cantidad y con los mismos resultados ante iguales necesidades. En consecuencia, las inversiones actuales y futuras en recursos materiales y humanos, su distribución y las decisiones políticas y administrativas que se adoptarán tendrán por objetivo hacer realidad el derecho a la salud en el marco de una reforma integral y participativa . (Programa del FPCyS - Página 69)

El dengue en Santa Fe parece haber sido una pesadilla que desapareció mediáticamente en un abrir y cerrar de ojos. La gripe porcina, las encuestas y pronósticos electorales y el acontecer cotidiano, transformaron al dengue en un mosquito que ya no parece ser noticia.

En la provincia de Santa Fe se encuentran en estudio actualmente unos 1500 casos de dengue, pero de eso no se habla más. Estos hechos revelan deficiencias de la política sanitaria del gobierno de Binner, que en la primera de cambio, solaparon al mosquito. Cabe recordar que la provincia no sufría de dengue en los últimos veinte años, a pesar de que muchas veces y en particular en el 2004, se sufrieron brotes en provincias vecinas, pero aquí había programas tendientes a contrarrestar dichos brotes.

Lo que pasa en Santa Fe no tiene que ver con la cuestión nacional. Tendríamos que preguntarle a Formosa o a Santiago del Estero, por qué no tuvieron un brote de dengue y solo casos aislados. Seguramente, estas provincias, sí escucharon los alertas y consejos del COFESA (Consejo Federal de Salud presidido por la Ministra Graciela Ocaña) en la reunión del pasado mes de noviembre, al que asistieron cinco funcionarios del Ministerio de Salud de nuestra Provincia junto al Dr. Capiello.

Por otra parte, y siempre en el tema de salud, hay que dejar sentado que el descenso de la tasa de mortalidad infantil (TMI) en los gobiernos de Carlos Reutemann y Jorge Obeid fue un objetivo primordial de la provincia, ya que en el año 1990 la tasa anual alcanzaba el 22 por mil nacidos vivos; en el 2000 se redujo a un 12,7 por mil, y en el 2006 continuó su descenso hasta el 10,3 por mil. Cabe señalar que en el 2007 Argentina sufrió una epidemia de Coqueluche (tos convulsiva) a la que Santa Fe no estuvo exenta y la tasa aumentó a 11,2 por mil, en concordancia con el resto del país.

Fue en el año 1998 -durante la gestión del Ingeniero Jorge Obeid- cuando se registraron los mayores porcentajes de descenso de la TMI. A su vez, Santa Fe, Tierra del Fuego y La Pampa, fueron las tres jurisdicciones que lograron una reducción de más del 40%. Esto le valió un premio al Dr. Rubio Galli quien se desempeñaba en ese momento como Ministro de Salud de la Provincia.

En tanto, es una falacia analizar un año de gestión utilizando a la mortalidad infantil como único indicador y a partir de ello expresar que ha mejorado la salud en la provincia, ya que la misma está afectada a las acciones sanitarias y sociales desarrolladas como mínimo en los últimos cinco años.

Detrás de los números y las cifras, hay niños que han muerto, y hacer campaña con estos argumentos sin señalar el contexto y otros indicadores, configuran una verdadera estafa moral y habla de los pocos logros de la gestión.

Es improcedente hablar solamente de tasas generales y es imprescindible hablar de brechas, que marcan la inequidad de las oportunidades que la población tiene.

La medición de brechas en la mortalidad infantil muestra el impacto de las políticas de estado, en lograr que un niño que nace en un departamento de nuestra provincia más pobre, tenga la misma posibilidad de vivir que un niño de un departamento más rico. En la provincia de Santa Fe, en el bienio 2002-2003, las brechas entre departamento provinciales era de 3.31%, mientras que en el bienio 2005-2006 disminuyó a 1.90%, superando la meta que se había propuesto para el año 2007.

Esto demuestra que las acciones en salud impulsadas en gestiones anteriores, han tenido impacto concreto en mejorar la igualdad de oportunidades de vivir de los niños santafesinos.

Cabe decir que hablar de políticas sanitarias, es hablar de toma de decisiones. Decidir en qué invertir, dónde y por qué. En relación a esto, el convenio que suscribía el Dr. Binner con Rosario, otorgándole 100 millones de pesos para los hospitales municipales de alta complejidad, configuran decisiones importantes, acciones que describen y marcan el camino de una gestión. Distinto hubiera sido si el gobierno otorgaba además, una cifra similar a los centros de salud de Las Toscas, Rufino, Recreo, Avellaneda y Reconquista -por nombrar solo algunos- que carecen de elementos indispensables para la atención a enfermos.

La salud es un derecho de los ciudadanos y politizar pequeños avances o manipular información es caer nuevamente en la estafa moral. Un programa de gobierno tiene que ir acompañado de acciones y de esto último el socialismo está demostrando poco, mas aún si recordamos que decidieron desactivar los programas de salud (entre ellos el que permitía la prevención del dengue), sin reemplazarlos por ningún otro tipo de política.

Los anuncios de 8 hospitales nuevos y los 80 centros de salud que se repiten en cada discurso oficialista y se replican en innumerables afiches, quedan en meras ilusiones al observar la llamativa lentitud de gestión en obra pública, prácticamente paralizada, y con postergación de los pagos.

Lo que hace Binner es politizar la mortalidad infantil, pero esperamos sinceramente que la reduzca como lo hizo el justicialismo, y además, disminuya también la brecha entre los Departamentos más pobres y más ricos.

La Salud es un Objetivo que debe unirnos a todos para mejorar e incluir socialmente a los habitantes de la Provincia.

Nos vemos

Fuente: Dip. Silvina Frana

Comentarios

oscar ha dicho que…
Es lamentable como son las cosas del gobierno de Binner. Da miedo. Uno no entiende como puede retener tantos fondos de los municipios y mantener los hispitales mal atendidos, sin medicamentos, sin material para las radiografias ni reactivos para los bioquimicos.