Néstor Kirchner, lejos, el mejor.
Hablando mal y pronto, si Néstor Kirchner decidiera presentarse a las próximas elecciones legislativas del 28 de junio como primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, hoy por hoy, casi todos los analistas políticos aseguran que gana caminando.
Si bien el escenario recién empezó a constituirse, la prontitud señalada va a ser la característica que regirá esta campaña. A partir del adelanto de las elecciones los especialistas aseguran como un valor el hecho de definir cuanto antes los equipos de cara a la inminente carrera, aunque propios y ajenos aseguran que de presentarse el ex presidente, el oficialismo sacará al menos 20 puntos de diferencia sobre el segundo candidato, Francisco De Narváez, en cuya definición como cabeza de lista pesó los más de 6 puntos que tiene sobre el ya convencido Felipe Solá.
Con la definición por la candidatura de De Narváez, el Pro o el otro peronismo, se aseguran arrancar la contienda en un segundo lugar. La candidatura de Solá como cabeza de lista lo colocaba disputando el tercer lugar con el conglomerado Margarita Stolbizer, la Coalición Cívica, el sojero Mario Llambías y quizás un tentado Ricardo Alfonsín.
Miradas al Sur habló con Analía del Franco (Analogías), Nora Vanoli (Saimo), Artemio López (Equis), Rosendo Fraga (Nueva Mayoría), Ricardo Rouvier, Enrique Zuleta Puceiro (Opsm) y Roberto Backman (Ceop) y por diferentes caminos todos concluyen en que Néstor Kirchner se quedaría cómodo con el 40 % del electorado. Un sorprendente De Narváez podría llegar a duplicar su elección anterior, en torno del 26 %, y quizá la UCR y la CC alcancen el 15 %.
“Toda encuesta que se está haciendo muestra una diferencia de 20 puntos de Kirchner sobre el resto. Hoy hay tres cosas: hay que medir la intención, que es ‘por quién va a votar usted’; la tendencia, que es una primera pregunta a los indecisos, que son muchos, y la tercera es el escenario de análisis sobre el que nosotros proyectamos esa tendencia de votos”, explica Enrique Zuleta Puceiro.
Una vez que estén instaladas las diferentes listas, los politólogos coinciden en que el punto áureo esta vez es la inseguridad. Según Del Franco eso es lo que instaló a De Narváez, que supuestamente “hizo bien los deberes y así aprovechó muy bien la instalación que tuvo en 2007”, aunque su coequiper, Vanoli, explica que sólo lo hizo mencionando el tema, llevando esa bandera temática, pero reconoce que decir, no dijo nada. “La seguridad se hace”, que es lo mismo que nada.
Backman, por ejemplo, difiere de ese argumento en el sentido en que si bien ve que el tema de la inseguridad es muy importante, también ve que hay otros temas y que también todos ellos ya están asignados a un sector u otro de la contienda.
“El tema de la inseguridad va a ser el caballito de batalla de la campaña de De Narváez, el campo va a ser el de Margarita Stolbizer y la Coalición Cívica, y la defensa de la gestión va a ser el de Kirchner o de quien sea el candidato oficialista”. Según el titular de Ceop, “el oficialismo, prácticamente, plebiscita su gestión”.
Ricardo Rouvier, desde Chile, coincidió en parte con Backman en su evaluación de la procedencia del caudal de votos del presidente del Partido Justicialista. Para el analista, proviene “del peso que tiene su imagen, de que se está plebiscitando la gestión, y que la gente no quiere votar por la oposición”.
Temas y tendencias. Zuleta Puceiro, al respecto, critica el “garantismo” penal de esta administración como un problema comunicacional que está sucediendo con casi todos los gobiernos de la región e incluso con los del sur de Europa: “Los gobiernos progresistas tienen una visión garantista del tema de la seguridad y eso los hace no tener respuestas preventivas. A lo más, pueden llegar a poner más policía en la calle, pero no van a tomar ninguna actitud que signifique poner en crisis los derechos”.
La tesis del titular de Opsm es que ésa es una de las cosas que está fijando la tendencia de que los gobiernos progresistas pierden caudal en las principales ciudades y ganan en el interior, donde grandes masas relegadas han sido amplia y sostenidamente beneficiadas.
De todos modos, este consultor no cree que ello resulte en un apoyo a los gobiernos progresistas, sino que “ahora esa gente quiere varias cosas: la primera de ellas, la seguridad ciudadana, que es el tema al tope en todas las ciudades importantes de América latina. En segundo lugar, la educación. Y estos gobiernos tienen un serio problema con la educación, casi todos ellos tienen conflictos abiertos con los sindicatos docentes”.
Para Backman el oficialismo tiene tantas cosas para perder como para ganar, a pesar de arriesgar más. “Si logra más de 40 es una muy buena elección. Porque no hay cargo ejecutivo en juego, porque cuanto más se plebiscita una gestión más se polariza. Pero ese efecto, en una campaña corta también lo favorece. Tiene más capacidad de controlar muchas variables y garantiza que no haya ninguna elección antes. Y además rige las elecciones posteriores. La jugada del Gobierno fue buena. La táctica está, ya están los jugadores en la cancha, ahora hay que hacerlos jugar. Pantaloncitos cortos y son 90 minutos, 90 días, cada día un minuto. Hay que apurarse.
–¿Hay que jugar a un toque?
–Hay que jugar a un toque y pensar muy rápido, pensar a 200 km por hora. Para todos los partidos hay muchas cosas que hacer en muy poco tiempo. Incluido para el oficialismo. No es la selección del Coco Basile, esta es la selección de Bielsa. Hay que jugar rápido y pensar rápido.
Otra coincidencia absoluta de los encuestadores es que en la imagen de De Narváez, a pesar del generalizado pedido de calidad institucional y del miedo que la crisis apareja al desempleo, ya no influye su dudoso desempeño como empresario, cierre de Casa Tía y la traumática venta de supermercados Norte incluido. Del Franco y Vanoli señalan que la gente ni lo sabe eso, “ni siquiera sabe que es colombiano”. “Es como (Mauricio) Macri, un empresario, que tiene mucha plata, y si está ahí es porque realmente tiene vocación. Y seguramente no va a afanar”, grafica Vanoli y continúa con la imagen: “Es un tipo nuevo, entre comillas, que no es de la política. Esas son cosas que la gente por un lado valora y por el otro, después dice, ‘bueno, lo que pasa es que no existe, no sabe gestionar, lo que pasa es que no viene de la política’. Es todo muy contradictorio”.
Artemio López también dice que los pasos en falso de De Narváez, empresarialmente, ya pasaron: “La gente no tiene mucha idea de eso. Esos son temas restringidos para especialistas. Y mucha parte de la crítica que se le hace al Gobierno también está restringida a especialistas. Pero, De Narváez lo que tiene es el respaldo de su elección anterior y el crecimiento de su figura opositora frente a la Coalición Cívica, por ser más eficaz, porque es una oposición más racional, más direccionada a gestionar y no simplemente a oponerse. Pero el fuerte de él es el primer cordón del interior provincial, por el conflicto agropecuario, donde hay más demanda de oposición, y el primer cordón bonaerense, más relacionadas con los circuitos de información de la Capital Federal”.
Rosendo Fraga, atento a que la división de la oposición juega a favor del kirchnerismo, hasta se anima especular con que “si esta lista (la de De Narváez) se abriera y lograra incorporar a figuras como Margarita Stolbizer, alguien que represente al vicepresidente Julio Cobos e incluso la UCR, el escenario puede comenzar a parecerse al de 1997”, cuando “Chiche Duhalde hizo una buena elección, tuvo el 42 % de los votos, y sin embargo perdió por 5 puntos, porque (Graciela) Fernández Meijide, candidata de la Alianza, alcanzó al 47 %”.
Nos vemos.
FUENTE: EL Argentino
Comentarios
Saludos
Johnny, quedate tranca que sin votar, ya se gano un diputado, baja felipe y sube el 22 de la lista. 1 a 0.
Buen post.