Un millón de sapos
Los radicales, con una importante carga de valentía después de arribar a la orilla de la mano de Binner, quieren que la legendaria lista 3, vuelva a estar en el cuarto oscuro. Y se juntaron en el norte de la provincia y también en el sur.
Las fisuras son un secreto a voces. ¿Es un pase de facturas por aquello que los socialistas utilizaron la estructura partidaria de los radicales para llegar a la gobernación y después no integrar puestos claves del ejecutivo con ellos.?
Casos asilados de dirigentes radicales formando parte del gobierno de Binner se conocen. Pero, el malestar sigue creciendo y ahora, los radicales del norte piden a gritos que se normalice el partido, timoratos aún en sacar los pies del plato dicen cosas interesantes: “este nuevo espacio que integran los seis departamentos del norte se involucra y reclama ante las autoridades del gobierno provincial, en temas prioritarios y necesarios para el norte como gasoducto, energía, rutas transversales, autovía...” y aclaran que el norte no es pobre, sino que se ha empobrecido por falta de políticas públicas que ahora le reclaman a Binner.
Los rosarinos van a las elecciones del 30/08 por afuera del Frente Progresista, con una definición clarita "han desarrollado (los socialistas) una práctica frentista que consiste en elegir a dedo los candidatos de los otras fuerzas que integran el frente. Esto también ha ido desgastando las relaciones. Pero en esta oportunidad, van tener que ir a comprar voluntades radicales para decir que tienen una alianza con estos sectores. Pero está claro que ya no será con el partido, sino con algunos radicales que en estos momentos ocupan cargos en la administración socialista en la ciudad y en la provincia"
Muchos santafesinos votaron esperanzados el cambio, y para entender la desilusión, les dejo este pequeño cuento: Un hacendado fue a la ciudad y le preguntó al dueño de un restaurante si podía utilizar un millón de piernas de sapos. El dueño del restaurante quedó asustado y quiso saber dónde pretendía el hacendado conseguir tantas piernas de sapos. El hacendado le respondió: Cerca de mi casa hay un pequeño lago que está invadido e infestado de esos bichos. Son millares y hacen un barullo infernal, croando toda la noche. ¡Me estoy volviendo loco!
Quedó decidido, entonces, que el hombre le traería quinientos sapos por semana, durante algún tiempo. En la primera semana, el hacendado volvió al restaurante un poco avergonzado, pues traía en sus manos dos sapos. El comerciante le preguntó: ¿Dónde está mi pedido?
El hombre respondió: Yo estaba totalmente engañado. ¡Había solo estos dos pequeños sapos en el lago! Ellos solos son los que hacían todo el barullo.
A los radicales santafesinos, les prometieron un millón de sapos...
Nos vemos
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Un abrazo
Mario
Un abrazo, Mario