Macri, el teorema de Baglini y el industricidio


Macri en sus recorridas, estuvo por Santa Fe, en la ciudad de Esperanza y dijo, entre otras cosas, "Los escuchamos, lo entendimos, y en esta nueva etapa que comienza vamos a estar cerca porque ahora viene el crecimiento, el empleo, la mejora del salario, ahora va a mejorar el bolsillo y el fin de mes"; le cabe -sin dudas- el famoso teorema de Baglini: cuanto más lejos se está del poder, más irresponsables son los enunciados políticos; cuanto más cerca, más sensatos y razonables se vuelven. En sus intentos seductores no habla de, ni utiliza la palabra industria. El resultado de estos casi cuatro años, es un fenomenal industricidio. Tan solo para citar un ejemplo:  En su larga existencia, Arcor sólo tuvo tres balances negativos: 2001, 2018 y 2019.

Mientras Macri en sus recorridas dice "ahora viene algo distinto", la Federación Industrial de Santa Fe - FISFE, publicó su informe de setiembre, con datos lapidarios: caída de ventas, cierres y más despidos.

Por décimo sexto mes consecutivo, la actividad industrial en Santa Fe registró un retroceso; en agosto, a pesar del bajo punto de comparación interanual, la caída fue de 2,9%, y en ocho meses acumula 8,2% en relación a igual período del año anterior.

El 70% de las ramas industriales en la provincia presentaron números negativos frente al mismo mes del año pasado.

Las actividades con caídas superiores a los 20 puntos fueron vehículos automotores (-36,2%), autopartes (-25,5%), maquinaria agropecuaria (-21,9%), y muebles y colchones (-21,3%). La caída no fue más profunda porque la industrialización de soja en Santa Fe presentó una recuperación de +43,7% interanual.

Respecto al empleo privado en Santa Fe, el trabajo precisa que en julio se ubicó 1,7% por debajo del nivel de 2018, equivalente a una pérdida de 8,8 mil puestos de trabajo registrados.

Entre las ramas industriales que cayeron por debajo de los 20 puntos se encuentran otra maquinaria de uso especial (-17,3%), maquinaria de uso general (-15,1%), fiambres y embutidos (-13,6%), productos de metal y servicios trabajo metales (-13,4%), prendas de vestir (-12,8%), carrocerías y remolques (-11,7%), molienda de cereales (-11,6%), edición e impresión (-10,6%), manufacturas de plástico (-9,2%), industria siderúrgica (-7,8%), productos metálicos para uso estructural (-6,8%), papel y productos de papel (-4,4%), productos lácteos (-3,7%), y productos de la refinación de petróleo (-1,3%).

Las actividades relacionadas a la construcción presentaron caídas. Al igual que en los últimos doce meses, el nivel de actividad del bloque minerales no metálicos presentó durante agosto de 2019 un descenso de 3,5% interanual.

El consumo de cemento tuvo un retroceso de 13,4% interanual, acumulando en ocho meses una baja de semejante magnitud en relación al mismo lapso del año anterior.

En los ocho primeros meses de 2019, las bajas interanuales más importantes fueron artículos sanitarios de cerámica (-21,5%), pisos y revestimientos cerámicos (-19,1%), hierro redondo y aceros para la construcción (-13,2%), ladrillos huecos (-13,2%), asfalto (-12,5%) y placas de yeso (-12,4%). Solo se manifestó una suba de 9,8% interanual en yeso.

A modo de corolario, entre 2016 y 2018 el valor de las exportaciones de manufacturas de origen industrial se ubicó por debajo de los niveles alcanzados en 2016 y 2014. A julio 2019, se observa un nuevo descenso de 24,1% interanual como resultado de las menores colocaciones externas de vehículos, automóviles, biodiesel, glicerol y productos siderometalúrgicos. En término de volúmen, los registros de 2016 y 2017 son iguales a 2014; en julio 2018 cayeron 27% interanual y a julio de 2019, se observa una contracción de 24,4% con relación a julio de 2018.

Y hablando de biodesel, cayó 30,4% en los primeros siete meses de 2019 motivado por la caída -como dijimos- de las exportaciones; en julio, el nivel de actividad sectorial se contrajo 61,2% interanual.

Los expedientes de concursos y quiebras invaden los tribunales santafesinos. Los sorteos de sindicaturas en concursos y quiebras tramitados en el Poder Judicial de Rosario alcanzan ya en septiembre a los realizados en todo 2018, que fue el año con más procesos de los últimos cinco.

Con tres de los últimos cuatro años en recesión, las pymes vienen sufriendo una maniobra de pinzas: el aumento de costos -tarifas e insumos dolarizados, laborales- y la retracción de la demanda; sólo una pequeña parte de las empresas pasa por tribunales para sanear su pasivo o bien liquidar sus activos: la mayoría baja directamente las persianas sin recurrir a la sede judicial.

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